Aprendí
hacerme invisible a gente que solo buscan los defectos de los demás,
Aprendí que
el orgullo te mantiene vivo,
Aprendí a
perdonar pero a nunca olvidar.
Aprendí a
tener pena por gente sin alma mientras aprendí a tenerlas muy lejos de mi.
Aprendí que
no es necesario marcar territorio para estar presente en el corazón de las
personas.
Aprendí a
soltar una mano para poder liberar la mía.
Aprendí a
desangrarme para poder desintoxicarme.
Aprendí a
quedarme sola para poder respirar.
Aprendí que
son importantes todos los que opinan.
Aprendí que hay más lenguas que lapiceros para
escribir, que son más, los que hablan que quienes se comprometen con lo que
dicen.
Aprendí que
cuando estas enfocado en tus sueños es normal no enterarte de los temas que
nada te aportan.
Aprendí que
es más fácil creer en quien se admira, que en quienes que dicen la verdad.
Aprendí que
nunca es cierta la nobleza que se predica a si misma.
Aprendí que
muchos mienten no por maldad sino por que ni siquiera se conocen a si mismos.
Aprendí que
mi burbuja es divina, que mi mundo no es alejarse, es solo vivir en mi
realidad, aprendí que es mi forma de amarme, aprendí que me gusta lo que soy, y
que lo que soy y como soy, llena mi vida de paz.
Verónica
Galla
Del libro
reflexiones
jueves, 06
de noviembre de 2014
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