1. Clasifica
tus gastos mensuales en fijos, que son los que tienes que pagar de
forma obligada en el mes o bimestre, como la luz, la renta, comida,
agua, teléfono e Internet, pago de deudas y la gasolina.
2. Después
haz una lista de tus pagos variables, que son aquellos que no se
presentan de forma regular pero que tienes que presupuestar para
hacerles frente, como la compra de ropa, reparaciones en el hogar,
enfermedades, etc.
3. Finalmente
agrupa tus gastos periódicos, que son los pagos obligatorios durante
el año. Aquí están seguros, vacaciones. Se recomienda sumar el gasto
total y dividirlo en 12 para aportar el resultado cada mes y que sea
más fácil enfrentar estos gastos.
4. Ordena
tus gastos, por lo que deberás eliminar de tajo todos aquellos que son
totalmente innecesarios, como el seguro que nunca solicitaste pero que
viene con tu tarjeta de crédito y pagas mes a mes. Evita duplicar
gastos, sobre todo si en este caso ya tienes un seguro de gastos
médicos.
5. Disminuye
los gastos superfluos. Los especialistas recomiendan iniciar los
recortes en el ocio, por ejemplo puedes bajar el gasto en comidas fuera
de casa, salir una vez al mes menos o sustituir las idas al cine por la
renta en películas.
6. Las
especialistas recomiendan tener especial cuidado con los gastos al
menudeo, es decir todas las compras que haces a diario sin analizar
porque se trata de montos pequeños, pero que en su conjunto suman una
gran cantidad. Es aquí donde se presentan las principales fugas del
presupuesto. Estos gastos incluyen cuidar más la compra de cigarros,
comida en la calle, dulces, propina.
7. Ser
prudente siempre es una buena arma, hay que tener claro que durante
las siguientes semanas será imprescindible comprar sólo en función de
las necesidades fundamentales, para que cuando la nube de crisis se
diluya, podamos planear los gastos con mayor certidumbre.
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